lunes, 22 de junio de 2009

El cuidado y el mantenimiento de las plantas

Ees preciso disponer de cierta sensibilidad, entendida como una percepción de lo que acontece en la naturaleza; es decir, los cambios y los efectos que producen los agentes atmosféricos sobre todas y cada una de las partes constituyentes de las plantas. Además, cada especie posee una serie de cualidades y características que implican necesidades y requerimientos concretos.

A través del ambiente en el que se desarrollan en estado natural es posible extraer numerosas conclusiones, como el tipo de suelo en que encuentran las mejores condiciones de cultivo, la abundancia o la escasez de agua que son capaces de soportar, el grado de insolación que demandan, etcétera.

Esta labor se complica a medida que se buscan nuevas especies procedentes de los ambientes más dispares y variados, sobre todo cuando se trata de grupos como el de las plantas que proceden de climas tropicales, los arbustos de porte reducido o las especies que proporcionan flores o frutos y que se cultivan convencionalmente en jardines. Las atenciones a estas singularidades de la naturaleza, siempre desde el punto de vista ornamental, suponen una inagotable fuente de posibilidades para el disfrute del cultivador de bonsáis. Para mantener tales cualidades es preciso conjugar a la perfección una mínima destreza en la práctica de labores estéticas y proporcionar a cada ejemplar todo lo que demanda en cada época del año.

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