Azalea

Fam. Ericáceas
EL GÉNERO RhüDODENDRON Sl\ ESTÁ AMPLIAMENTE DISTRIBUIDO POR TODO EL MUNDO, E INCLUYE DOS GRUPOS QUE ES PRECISO DIFERENCIAR, EL DE LOS RODODENDROS, PLANTAS QUE PUEDEN LLEGAR A ALCANZAR DESARROLLOS CONSIDERABLES, Y EL DE LAS AZALEAS, APRECIADAS POR SUS EXCELENTES CUALIDADES MORFOLÓGICAS, ASÍ COMO POR UNA ABUNDANTE Y ORIGINAL FLORACIÓN. ESTAS ÚLTIMAS SON EN SU MAYORÍA ORIGINARIAS DE ASIA, AUNQUE EXISTEN ALGUNAS VARIEDADES ORNAMENTALES QUE PROCEDEN DEL CONTINENTE AMERICANO.

Las azaleas son arbustos de mediana ralla perennes o caducos, cuyos rasgos diferenciales más característicos son el tamaño y la morfología de sus hojas, así como la riqueza de su floración. En el caso concreto de Rhododendron simsii, se trata de una especie oriunda de China, ampliamente distribuida como planta ornamental. Se caracteriza por disponer de hojas muy pequeñas y ovaladas, que quedan ocultas durante la época de floración por un tupido manto de flores dobles en color rojo o rosa. Cuenta con tallos de gran robustez y prolífica ramificación, provistos de una corteza delgada pero muy áspera e irregular, en color pardo-rojizo muy oscuro.

En el resto de especies, además de la floración y el carácter perenne o caduco del follaje, el contorno y el tamaño de las hojas resulta muy variable, abarcando un amplio número de posibilidades, que van desde las perfectamente ovaladas hasta las más estrechas y lanceoladas, pasando por aquellas que disponen de un ápice romo o que lo tienen pronunciado, en ocasiones muy pequeñas y en otras de un tamaño algo más desarrollado. Poseen un color verde oscuro y están recubiertas de una pelusilla áspera en cierta medida.

La floración es abundante y se concentra en el extremo de las ramas, formando una mancha de intenso color, continua y de considerable belleza. Las flores son simples o dobles, en tonalidades que van desde el blanco más puro hasta el rojo más vivo, pasando por el rosa, el naranja o el fucsia, a las que se le añaden aquellas que mediante injerto muestran dos colores distintos en el mismo ejempiar, o bien disponen de pétalos teñidos en blanco y rosa o blanco y rojo.

MANTENIMIENTO VEGETATIVO
Precisan protección contra la acción directa de los rayos solares, en especial durante la época de floración, pues de lo contrario los pétalos se marchitan rápidamente y las flores desaparecen en escasos días. En ambientes sombríos y con escasa disponibilidad de luz, junto con la existencia de una atmósfera húmeda y fresca, se dan las condiciones propicias para que las azaleas adquieran un desarrollo y unas cualidades ornamentales repletas de belleza y esplendor.

El riego es uno de los apartados más importantes dentro del cuidado de este tipo de arbustos, lo que hace necesario mantener la base del recipiente de cultivo sumergido continuamente en agua, con objeto de que el cepellón disponga de toda la humedad necesaria para producir sin reparos su abundante floración. En ningún caso hay que emplear agua con un alto contenido en componentes calcáreos, pues no benefician en nada a la planta. Fuera del período de floración, conviene realizar un riego más moderado (sin encharcamiento, aunque evitando que se deseque la superficie de cultivo), al igual que pulverizar agua sobre el follaje porque las hojas y los tallos lo agradecen cuando el ambiente es demasiado seco, pero las flores pueden adquirir manchas que perjudicarían su hermoso aspecto.

En cuanto al tipo de suelo que requieren, también resulta algo especial, ya que ha de estar compuesto por un substrato ácido y rico en materia orgánica, con una gran capacidad para retener el agua. Durante la primavera y el otoño el aporte de fertilizantes debe ser regular, siendo preferible que posean un alto contenido en hierro.

Los trasplantes y la poda de raíces hay que realizarlos tras la floración, anualmente cuando se trate de ejemplares jóvenes y cada dos años en aquellos que posean mayor edad. El cepellón de raíces puede reducirse en una tercera parte de su tamaño original, procurando eliminar durante la operación aquellas que se encuentren deterioradas o se hayan desarrollado excesivamente.

MANTENIMIENTO ESTÉTICO
Las labores de poda se practican a final de primavera o a principio de verano, dependiendo de la época de floración, pues hay que realizar la eliminación de las ramas una vez ha concluido. Conviene despuntar los nuevos brotes antes de que se endurezcan demasiado, procurando dejar al menos dos o tres hojas en cada extremo. Las labores de limpieza deben ser regulares, tanto en la época de floración, eliminando las flores marchitas y secas, así como durante el resto del año, retirando las hojas que en las especies perennes se desprenden poco a poco de las ramas de un modo continuo, o que en otoño caen de los ejemplares caducos. También conviene retirar las pequeñas ramas que en ocasiones quedan secas en el interior de la copa, ya que esta medida proporciona mejores condiciones estéticas a la misma.

A fin de obtener el estilo elegido para cada ejemplar, además de la poda, es posible recurrir a las técnicas de alambrado y tensión mediante cuerdas y separadores, prestando siempre atención de que el cambio de dirección de crecimiento se realice de forma progresiva, sin ejercer excesiva presión, pues las azaleas poseen una madera muy rígida y quebradiza. El mejor momento para poner en práctica estas labores es desde la primavera hasta el otoño.

PLAGAS Y ENFERMEDADES
El género Rhododendron sp. suele ser muy resistente al ataque de los diversos tipos de plagas, siempre y cuando se mantengan las condiciones de cultivo apropiadas, en cuyo defecto pueden surgir problemas con los pulgones y las cochimilas al principio de la época favorable, momento en que los nuevos brotes comienzan a despuntar. Por otra parte, cabe la posibilidad de la proliferación de la araña roja en ambientes demasiado secos y calurosos. Para controlar estas plagas es preciso modificar las condiciones en que se encuentra el ejemplar, y aplicar el insecticida o acaricida adecuado para reducir a estos insidiosos y habituales organismos patógenos.

En determinadas ocasiones, las hojas pueden perder el intenso color verde que las caracteriza, sufriendo clorosis, que llega a acentuarse si no se corrige el origen del desajuste que la ha provocado. Suele venir inducida por falta de nutrientes, especialmente elementos minerales como el hierro, el nitrógeno o el magnesio, aporte de agua de marcado carácter básico (alto con tenido en carbonatos) o por falta de luz.

Las enfermedades de origen fúngico pueden aparecer con mayor facilidad, sobre todo cuando confluyen, junto con el obligatorio exceso de humedad, altas temperaturas y escasa ventilación, además de una acumulación por descuido de hojas y flores sobre la superficie de cultivo. Puede darse el caso de que aparezcan manchas pardas sobre las hojas y bordes grisáceos. Ante tal eventualidad, hay que eliminar las hojas afectadas y aplicar un fungicida adecuado, al tiempo que mejorar las condiciones de cultivo.

ESPECIES CARACTERÍSTICAS
Rhododendron bakeri. Esta especie de hoja caduca tiene su habitat natural en Norte América, y se diferencia perfectamente del resto por la tonalidad más clara de sus hojas ovaladas. Los pétalos pueden ser rojos o anaranjados.

Rhododendron indicum. Originaria de Japón, es una planta perenne que posee unas hojas de pequeño ta maño y contorno ovalado. La floración, algo tardía, ofrece matices cromáticos muy variados que van desde el rojo hasta el blanco, sin olvidar los tonos rosados y las combinaciones de varios colores. Pueden encontrarse diferentes tipos de flores en el mismo ejemplar.

Rhododendron japonicum. Como indica su nombre específico, procede del archipiélago japonés. Presenta hojas caducas, lanceoladas y ofrece una original floración en tonos poco habituales, como el amarillo o el naranja.

Rhododendron kaempferi. Procede de Japón y resulta especialmente llamativa por la intensa coloración de sus flores simples, habi-tualmente de color rosa. También es conocida como Rhododendron obtusa, destacando por la cualidad de presentar una floración tardía y hojas perennes.