jueves, 6 de agosto de 2009

Espino de Fuego

Fam. ROSÁCEAS
LOS EJEMPLARES DE ESPINO DE FUEGO SE DESARROLLAN EN ESTADO SILVESTRE TANTO EN EUROPA COMO EN EL SUDESTE ASIÁTICO, DONDE FORMAN DENSAS E IMPENETRABLES AGRUPACIONES DE MATAS. LA APRETADA AGRUPACIÓN DE HOJAS Y TALLOS SE CONVIERTE EN ESPECTACULAR, TANTO EN PRIMAVERA, CON SUS FLORES, COMO EN OTOÑO, AL MADURAR LOS FRUTOS.

Este es un arbusto de hojas pequeñas y perennes, con tallos repletos de largas y afiladas espinas, lo que le confiere unas cualidades de gran resistencia y robustez. La vistosidad de esta especie teside en la enorme cantidad de flores blancas que produce, de reducido tamaño y agrupadas formando racimos de intenso color. Tras la fecundación, se convierten en pequeños frutos redondeados, tan numerosos como éstas, aunque de una tonalidad aún más espectacular, desde el naranja más pálido hasta el rojo más llamativo.

MANTENIMIENTO VEGETATIVO
Su considerable resistencia y el amplio abanico de hábitats que ocupa en estado natural, favorece que esta especie sea capaz de adaptarse a cualquier condición de cultivo, aunque prefiere los lugares soleados, siempre y cuando no le falte agua en los meses más calurosos del año. Sufre ligeramente si las bajas temperatutas invernales son excesivas. No sopotta la falta de riego, sobre todo durante la época de floración, pero no admite los suelos encharcados, por lo que es necesario proporcionar un tipo de substrato ligero, rico en materia orgánica y que drene bien. No hay que olvidar que requiere suelos más profundos que cualquier otro tipo de arbusto.

Para que la floración sea abundante y duradera, el ejemplar ha de mantenerse en un lugar seco y soleado, y no hay que mojar las flores, pues se caerían antes de lo previsto. Resulta indicado aportar nutrientes en primavera para favorecer la aparición de las mismas, así como al concluir el verano, seleccionando un abono de difusión lenta.

El trasplante es preciso al menos una vez cada dos años, procurando no eliminar toda la tierra que queda adherida al cepellón de raíces, pues en este aspecto es una planta algo exigente.

MANTENIMIENTO ESTÉTICO
Las labores de mantenimiento estético consisten en tenet controlado el lento desarrollo de los nuevos brotes, lo que hace preciso despuntarlos antes de que terminen de complerar el crecimiento, tanto en verano como en otoño. Tras la pérdida de los frutos, se practica la poda de las ramas que se encuentran situadas en posiciones poco favorecedoras. Debido a su carácter perenne, siempre existirán algunas hojas algo deterioradas o que comienzan a secarse, por lo que resulta necesario eliminarlas, al igual que aquellas que han caído sobre la superficie de cultivo. Una fructificación abundante puede provocar el agotamiento del ejemplar, motivo por el que es recomendable eliminar algunos frutos antes de que maduren por completo. La técnica de alambrado resulta apropiada para modificar la trayectoria de algunas tamas, especialmente en ejemplares jóvenes, aunque hay que procurar no alambrar aquellas que aún no se hayan lignificado (tejidos con lignina, lo que da una consistencia leñosa).

PLAGAS Y ENFERMEDADES
Si tiene falta de agua y humedad durante la época de reposo invernal, puede surgir la presencia de la araña roja, situación que conviene rectificar lo antes posible. También puede darse el caso de la aparición de pulgones en primavera, sobre los nuevos brotes. No es habitual que sufra enfermedades provocadas por hongos si permanece en lugares bien ventilados e iluminados, cultivada sobre suelos que no retengan el agua.

ESPECIES CARACTERÍSTICAS
Pyracantha angustifolia. Espino de fuego. Arbusto originario de Asia, adquiere gran desarrollo, formando matas de considerable envergadura que se cubren completamente de flores en primavera y de frutos en otoño.
Pyracantha coccínea. Espino de fuego. Oriunda del Continente Europeo, esta especie destaca por el enorme número de variedades que posee, con frutos que van desde el tono anaranjado hasta el rojo más intenso,

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